You don't know

Ella llora. Las lágrimas recorren su rostro tiñendo el borde de sus ojos con un color oscuro. Su alma se está desbordando en esas lágrimas negras.

¡He hecho muchas cosas malas! ¡He asesinado gente! Y es algo que entiendo que no me perdones, pero no tuve elección... Cúlpame, cúlpame por estar muerta de miedo. Por no saber que hacer. Ojalá... ojalá aquel día me hubieras gritado, pegado o cualquier otra cosa para que te contara todo lo que estaba pasando. Pero no lo hiciste. Para mí... para mi todo aquello era una pesadilla, y no lograba despertar. Aquel día, aquel horrible día cuando todo empezó si hubieras insistido, te habría dicho todo. Me viste, viste como estaba, mis heridas y mi dolor, y no hiciste nada. ¡No lo hiciste! Porque en realidad no quieres involucrarte con nadie, ¿verdad? ¡Sonríes a todo el mundo, pero a la hora de la verdad cuando ves que las cosas se complican, te apartas! ¡No te importa nadie si te pueden quitar la calma que tanto te gusta!... ¡Ni siquiera...!

Se corta, hipa, y lo mira con sus ojos azul-grisáceos que perdieron tanta vida. No ha parado de llorar, gritar, sollozar y hacer aspavientos con las manos desde que empezó su discurso, salido de su frustración.

Ni siquiera yo...
No me digas que no es verdad. Llevo tanto tiempo... tantos años inventando mentiras pésimas, ¡¡es imposible que no te dieras cuenta!! De que... te necesitaba. De que las cosas ya no eran iguales.
No preguntes por Yuki. No lo entenderías. Lo que pasó fue porque estabamos solos. Soledad, ¿conoces esa palabra? Cuando no tienes nada y sientes vacío hasta pensar que vas a morir en un momento a otro. Faltaban tantas cosas, que sólo nos teníamos el uno al otro para buscar algo de calor. A él le faltaba Nami y a mí...

Se detiene, y sus ojos son más intensos que nunca. Pero en un instante, los cierra y oculta esos tristes ojos entre las manos.

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