Our Blog

Nunca me he visto a mi misma como una princesa de cuento de hadas. Era demasiado independiente y reservada para pensar en 'oh, un principe vendrá a salvarme'. Siempre he creido que prefería salvarme a mi misma, sin meter a nadie en medio que pudiera salir herido. Ahora me doy cuenta de que si era una princesa de cuento. Porque no puedo defenderme sola. No controlo la situación que me rodea. Estoy rodeada de oscuridad, esperando que algún principe me venga a salvar, porque yo no muevo ningun hilo por hacerlo. gozen reidi, tobi dashita (Salió corriendo a medianoche) tobira wo ketobashite (Abriendo la puerta de una patada) garasu no kutsu ga warete (Se le rompió el zapato de cristal) doresu mo yabureta (Y hasta el vestido se le rasgó) Que princesa más egoista... que sosa, princesa. Tienes todo el vestido destrozado, pero es por que sabes que deberías hacer algo, pero no te mueves. nee akirete irun deshou? (¿De que tienes miedo?) oi kakete mo konai (Porque no tienes nada a lo que a

"Te amo" No, quizá esta no sea la mejor forma de empezar un email en el que quieres disculparte a una persona con la que no has tenido ese tipo de relación en la que esas dos palabras son las más comunes. Pero es que son esas las palabras que más deseo decir, porque son las únicas que pueden explicar por qué no estoy ahí ahora mismo, con él. Borrar, borrar. No sé por qué lo intento otra vez. En mi carpeta de borradores hay... cientos de emails empezados, pero nunca sin acabar o simplemente, sin enviar. No me atrevo, no soy capaz. ¿Qué me diría en cuanto se lo enviara? Take me away I cannot find a way to describe it It's there inside All I do is hide I wish that it would just go away What would you do you do if you know What would you do Hacía tiempo que no me 'decidía' a intentar escribirle otro email. Pero... aquel 'me rindo', me dolió, siendo sincera. Y es un acto egoísta, lo sé. Porque lo mejor es que se rindiera, no me buscara más... que olvidara que u

"Feliz Cumpleaños, Nami. Aun sigo esperando a que me contestes los emails de los últimos dos años. Supongo que no lo vas a hacer, ¿verdad? Espero que al menos los leas, donde quiera que estés. ¿Dónde te has metido? Hace ya dos años y medio que no se nada de ti..." Y así es como empiezo otro mensaje más, con las mismas preguntas de siempre y casi las mismas palabras de siempre. Creo que ya he asumido completamente que no la volveré a ver. Bueno, no le puedo echar la culpa, aunque eso sea lo que realmente quiero. Pero, simplemente, no puedo. No quiero ni pensar cuánto tuvo que perder Nami para... para que yo pudiera escribir aquel email. No lo iba a echar todo a perder. ¿Dónde estaría? ¿Qué... demonios estaba haciendo? Esas preguntas me recorrían la mente mientras escribía cómo aquel día no había sido muy especial, o le contaba a Nami cualquier tontería que hubiese pasado, aunque... tampoco tenía mucho que contar. Mi vida había cambiado demasiado desde el último email que